miércoles, octubre 18, 2006

Una frase

La frase que cito a continuación la saque del libro Matemática... ¿estas ahí? de Adrian Paenza. Si les interesa y no tienen nada mejor que hacer se lo pueden bajar de acá.

Aquí vamos:
"Los grandes hombres hablan sobre ideas, los hombres promedio hablan sobre cosas, y los hombres pequeños hablan sobre... otros hombres"

¿No es liiiiindo?
Hay muchos "hombres pequeños" que deberían callarse un poco la boca, dejar de chismosear y criticar para dedicarse a cultivarse un poco intelectualmente. Por algo será que Dios nos dio dos ojos, dos oídos, pero una sola boca. ¿No será que tendríamos que observar y escuchar el doble de lo que hablamos?

Y ahora les dejo una contestación que se le puede dar a alguien "pequeño" cuando lo escuchamos hablar sus incoherencias y nos mantenemos callados para no entrar en ese juego estúpido pero nos exhorta a hablar.

"Hay oportunidades en las que es preferible mantener la boca cerrada y parecer idiota, antes que abrirla y confirmarlo"

2 comentarios:

Nayrum dijo...

Hola Juan Manuel! Gracias por dejar tu huella en tu paso por mi blog. Oye, que buenísima la frase final de tu comentario. Así que no era que yo estaba creciendo si no que cada vez hay más "hombres/mujeres pequeños"...vaya.. jajaja!!
Yo leí el otro dia una frase que también está muy bien y viene al caso. Decía así: "Un hombre inteligente es aquél que se hace el tonto delante de un tonto que se hace el inteligente" También me viene a la mente otra frase pero ésta me la voy a guardar para mi próximo post. jajaja!!
Bueno, ya te dejo. Un saludo grande desde las bellas tierras del Norte.

Luis dijo...

Querido amigo:
jajaja... Buena reflexión...
Pero es parte de esta civilización occidental y cristiana... ¡hablamos al pedo todo el tiempo! ¡Nos creemos importantes por hablar cada vez más difícil o hablar lindo o parecer inteligentes -pienso en ese idiota que todos toman por inteligente que es Grondona, Mariano, no Julio... ¿o era al revés? GULP!!)
Me viene a la mente un cuento de Menapace, donde relata como un amigo suyo aborígen nunca habla si no es estrictamente necesario... A lo mejor así aprenderíamos a escuchar el sonido del mundo, aprender de los demás, aprender de uno mismo...
Un abrazo, hermano